IN TABERNA QUANDO SUMUS

El amor por el vino y por los bares es algo que compartimos con gentes de muchas épocas y variados territorios. Tengo una amiga que dice que cuando tu mente se abre a una nueva idea, vas tropezando con «pistas» que la alimentan. Eso me pasa con el vino, sin mucho buscar, voy hallando, algunas veces dentro de mis propios recuerdos.
Eso me ocurrió con el tema de hoy. Conocí los Carmina Burana hace ya un puñado de años cuando estudiaba literatura entre las iguanas del Pedagógico de Maracay. Los conocí como música en la versión homónima de Carl Orff y, por esa vía, me acerqué al texto.
La palabra carmina procede del vocablo latino carmen-carminis, haciendo alusión a una colección de cantos. Burana, hace alusión a la procedencia del manuscrito hallado en la abadía de Bura (Baviera) en el año 1803 por Johann Christoph von Aretin.
Me interesa mucho hablar sobre los goliardos. Esos enigmáticos personajes a quienes se atribuye la autoría del manuscrito. Existe mucha oscuridad acerca de lo que la palabra goliardo significa, algunos investigadores que han intentado rastrear su etimología señalan que puede proceder de «gueulard», glotón y deslenguado en francés antiguo o de «gola», garganta, en relación con la desmesurada afición al vino que se atribuye a estos personajes.
Los goliardos eran pensadores vagabundos que recorrían Europa entre los siglos XII y XIII cambiando, probablemente, cantos por vino. Estaban vinculados al clero, bien como hombres laicos protegidos por el clero o porque fuesen ellos mismos clérigos errantes que vivían al margen de la doctrina eclesiástica a la que criticaban duramente.
Figuran en las anécdotas como crápulas libertinos amantes del vino y de las tabernas, pero en realidad eran poetas cultos dueños de una maestría en el oficio difícil de igualar y que tuvieron una gran influencia en la fundación de las universidades y la difusión de la cultura.
Su huella persiste entre el vulgo en la figura del estudiante pícaro y tuno (sí, están relacionados con la tuna, esos estudiantes que van por los bares cambiando cantos por bebida) pero persiste de manera mucho más poderosa en nuestra herencia literaria, esa cuyo testigo aceptó el Arcipreste de Hita cuando compuso El libro de buen amor.
Les ofrezco la lectura de un fragmento de esa maravillosa composición poética que es la «Carmina Burana». les dejo, claro está, un fragmento vinculado a ese objeto de nuestro elogio, el vino. Aunque en su totalidad toda la obra y el trabajo musical basado en ella son de una belleza poética rotunda y difícil de olvidar. Los publicistas bien que lo saben.

 

IN TABERNA QUANDO SUMUS

In taberna quando sumus

non curamos quid sit humus,

set ad iudum properamus.

Quid agatur in taberna,

ubi nummus est pincerna,

hoc est opus ut queratur,

si quid loquar, audiatur.

Quidam ludunt, quidam bibunt,

quidam indiscrete vivunt.

Sed in ludo qui morantur,

ex his quidam denudantur

quidam ibi vestiuntur,

quidam saccis induuntur.

Ibi nullus timet mortem

sed pro Baccho mittunt sortem.

Primo pro nummata vini,

ex hac bibunt libertini;

semel bibunt pro captivis,

post hec bibunt ter pro vivis,

quarter pro christinis cunctis,

quiquies pro fidelibus defunctis,

sexies pro sororibus vanis,

septies pro mitilibus silvanis.

Octies pro fratribus perversis,

nonies pro monachis disperses,

decies pro navigantibus,

undecies pro discordantibus,

duodecies pro penitentibus,

tredecies pro inter agentibus

Tam pro papa quam pro rege

bibunt omnes sine lege.

Bibit hera, bibit herus,

bibit miles, bibit clerus

bibit ille, bibit illa

bibit servus, cum ancilla,

bibit velox, bibit piger,

bibit albus, bibit niger,

bibit constants, bibit vagus,

bibit rudis, bibit magus.

Bibit pauper et egrotus,

bibit exul et ignotus,

bibit puer, bibit canus,

bibit presul et decanus,

bibit soror, bibit frater,

bibit anus, bibit mater,

bibit iste, bibit tille,

bibunt cetum, bibunt mille.

Parum sexcente nummate

durant, cum immoderate

bibunt omnes sine meta,

quamvis bibant mente leta;

sic nos rodunt omnes gentes,

et sic erimus egentes.

Qui nos rodunt confundantur

et cum iustis non scribantur

Io!

CUANDO ESTAMOS EN LA TABERNA

Cuando estamos en la taberna

no nos preocupamos de que sea eso de la tierra

sino que nos apresuramos hacia el juego

por el cual siempre sudamos.

Lo que se hace en la taberna,

donde el dinero es el que trae las copas,

esto es lo que es necesario averiguar,

así que escuchad lo que os voy a decir.

Unos juegan, otros beben;

algunos se dedican indistintamente a ambas cosas.

Pero entre los que se dedican al juego,

de estos, unos son desnudados

y otros allí mismo se visten;

algunos se visten con sacos.

Allí nadie teme la muerte,

sino que confían a Baco su suerte.

Primero por la rica tabernera;

en honor a ella beben los hombre libres.

Una vez más, por los cautivos;

Después, beben tres veces por los vivos;

cuatro, por el conjunto de los cristianos;

cinco, por los fieles difuntos;

seis, por las hermanas frívolas;

siete, por los caballeros salvajes.

Ocho, por los hermanos pervertidos;

nueve, por los monjes separados;

diez, por los navegantes;

once, por los que disienten;

doce, por los penitentes;

trece, por los caminantes.

Tanto por el papa como por el rey,

beben todos sin ley.

Bebe la señora, bebe el señor.

bebe el soldado, bebe el clérigo,

bebe aquel, bebe aquella,

bebe el siervo con la criada,

bebe el activo, bebe el perezoso,

bebe el blanco, bebe el negro,

bebe el constante, bebe el inconstante,

bebe el rudo, bebe el mago.

Bebe el pobre y el enfermo,

bebe el proscrito, bebe el ignorado,

bebe el joven, bebe el viejo,

bebe el prelado y el decano,

bebe la hermana, bebe el hermano,

bebe la abuela, bebe la madre,

bebe ese, bebe aquel,

beben ciento, beben mil.

Poco duran seiscientas monedas

cuando inmoderadamente

beben todos sin límite,

por mucho que beban con espíritu alegre.

Así, nos critica todo el mundo,

y así seremos pobres.

¡Que se condenen los que nos critican

y no sean inscritos con los justos!

¡Bien!

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